Hola chicos!!
Aunque ya estamos en Madrid, todavía teníamos una cosa pendiente que contaros! Después de las excursiones por la sierra bajamos hasta llegar a estar a 40 metros de altitud. La tensión nos bajó tanto que tuvimos que sentarnos en la bonita Plaza de Armas de Trujillo hasta recuperarnos:
Aunque ya estamos en Madrid, todavía teníamos una cosa pendiente que contaros! Después de las excursiones por la sierra bajamos hasta llegar a estar a 40 metros de altitud. La tensión nos bajó tanto que tuvimos que sentarnos en la bonita Plaza de Armas de Trujillo hasta recuperarnos:
Luego, con las pilas ya cargadas nos dispusimos a ver la colonial ciudad. Trujillo es una ciudad grande (la tercera después de Lima y Arequipa) que está en la costa, y a unos 600 km al norte de Lima.
Allí nos avisaron de que había unas ruinas bonitas. Nosotros, expectantes por saber qué secretos escondía el desierto costero, nos disfrazamos de arqueólogos y esto fue lo que descubrimos:
Pedro nada más descubrir las fantásticas pinturas de La Huaca de la Luna que a pesar de la jarta de años que tienen se conservan mejor que Ana Belén.
Como la gorra de Pedro, que tiene más años que la Huaca de la Luna, y dado que estaba un poco malograda, decidió desprenderse de ella para siempre y qué mejor sitio para la despedida que la Huaca de la Luna:
Después seguimos investigando por el desierto y dimos con esta maravilla que Celia denominó como.... qué emoción .... Chantatachan!!! se llamarán las Ruinas de Chan Chan!!
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