viernes, 29 de enero de 2010

Desde Huaraz se pueden tocar las nubes

Después de haber recargado las pilas con Ruth, Javi y Jaime en nuestro paso por Lima, nos proponemos a afrontar la última parte de este largo y apasionante viaje.
¡Nos da mucha pena dejar este lindo país pero tenemos la alegría de veros a todos vosotros en España!
Y con este no parar el cansancio del turista va haciendo mella en nuestros cuerpos: que si de la selva a la sierra (del calor sofocante de los treinta y muchos grados al frescor de los 3100 metros de altura en Huaraz), que si los viajes más cortitos que hacemos son de 9 horas, ayyyyyy, jeeeeeeesús!!
Bueno, después de este tostón que os estamos metiendo empezamos el relato.
Ahora estamos en Huaraz, ciudad serrana que hay al norte de Perú (no al norte norte pero sí bastante al Norte, en este país tan grande estamos perdiendo el norte!). Estamos a 3100 metros de altitud y aquí está el Parque Nacional del Huascarán. Alrededor de Huaraz está la Cordillera Blanca, o como dijo el otro día un guía la "suiza peruana". Las montañas que rodean Huaraz son preciosas, pero para recorrerlas más intensamente nos han recomendado hacer una excursión de 3 ó 4 días. Ya hemos buscado una excursión a Santa Cruz, asi que el sábado comienza otro duro periplo (en realidad nos han dicho que no es tan duro, pero hasta que no nos veamos en faena no nos lo creemos, llegaremos a los 4800 m. de altura!!).

De camino a las ruinas, en la Laguna de Querococha


Ayer fuimos a ver unas ruinas recontra-importantes: Chavín de Huantar; que son de la cultura Chavín, una de las culturas más importantes (junto con la cultura Wari y la cultura Inca) que hubo en Perú desde el 1600 a.C hasta el 200 d.C. Las ruinas nos gustaron, pero no sabemos si ya es porque hemos visto muchas más (sobre todo en Cuzco), porque la historia tampoco es lo nuestro, o porque se tardaban 4 horas para ir y 4 para volver y lo hicimos todo en un día, que la excursión tampoco nos apasionó.

Celia delante del templo mayor de Chavín de Huantar

Pedrito en la galería de los laberintos, a punto de perderse

Hoy nos lo hemos tomado de descanso, nos hemos dedicado a pasear por Huaraz, a sonarnos los mocos (el frío de las alturas no perdona), a contratar la excursión y a dar por el centro más vueltas que Willy Fogg con abono de transportes para llegar tarde a la oficina de turismo (qué desastre, y eso que teníamos todo el día!). La excursión durará 3 días y empezamos el sábado. El lunes cuando lleguemos nos vamos derechitos a Trujillo, asi que no tendreis noticias nuestras en unos cuantos días (os damos descanso!).
¡Besos caraquesos!

domingo, 24 de enero de 2010

2ª parte: Iquitos

Bueno chicos, todavía nos faltaba por contaros la última parte de nuestros días en Iquitos.

Al día siguiente de regresar de la Reserva fuimos a Quistococha, que es un zoológico en donde los animales no están en muy buenas condiciones, pero donde pudimos ver de cerca todos los animales que ya conocíamos de lejos de la Reserva. Allí también hay una laguna donde se puede bañar la gente y Pedro se dio un buen chapuzón!

Guacamayos parlanchines amarillos y azules

Guacamayos azules y amarillos y guacamayo morado

Luego fuimos a buscar a Mónica a su trabajo. Nos enseñó los libros de palmeras que está haciendo y que están muy bien y también nos presentó a su jefe.
Después nos llevó a ver el bonito atardecer y al bar donde se rodó el videoclip de Bareto "Ya se ha muerto mi abuelo, ay ay ay" (para más información os remitimos a nuestro regalo de reyes).


Pedro y Mónica en el atardecer de Iquitos Guacamayos posando

Al día siguiente fuimos a dar un paseo por la Reserva Alpahuayo Mishana. Nos gustó mucho, en parte porque no había tantos zancudos como en la de Pacaya Samiria y también porque la vegetación era distinta, en este caso Barillal; aunque no era tan espectacular como Pacaya Samiria.

Pedro con un hormiguero como el que le trajo su madre hace 4 años de Perú!!

La exuberante vegetación de Alpahuayo Mishana


Al día siguiente fuimos con Pablo, Elea y Raúl a ver el barrio de Belén y su mercado. Es un barrio que en la estación de lluvias se inunda y las casas quedan flotando. Es muy pobre y las casas son muy humildes. Nosotros no tuvimos mucha suerte porque aunque estamos en estación de lluvias el agua estaba baja y no pudimos ver las casas flotando ni navegar por la Venecia peruana!
Mercado de Belén
Pedro y Celia con Victoria Regia (que no es la novia de Beckam, si no un nenúfar gigante!)

Puerto de Belén

Luego ya hemos regresado a Lima donde estuvimos con Ruth, Javi y también con Jaime; y ahora estamos en Huaraz (capital de la Cordillera Blanca), que os contaremos en la próxima entrega bloggera!!

Muchos besos!

sábado, 23 de enero de 2010

Una de las 7 maravillas del mundo: La Reserva Pacaya Samiria

Bueno vacamuchachos, caciques y mamaviejas! Todas las noticias que traemos desde la Amazonía peruana!!

En nuestro último periplo hemos estado 5 días de expedición selvática en la Reserva Nacional de Pacaya Samiria. Venimos encantados, ni siquiera los picotazos del zancudo (mosquito) nos han quitado las ganas de vivir y descubrir los secretos de la selva!

Repelente en mano, partimos hacia la expedición montados en un peque peque, que es una lancha de madera por la que nos movilizamos en el río Yanayacu cual delfín rosado. ¿Cómo? ¿qué no sabíais que existen delfines rosas y qué además los delfines nadan también en los ríos? nosotros tampoco hasta que llegamos aquí! Pero en este viaje hemos aprendido casi tanto como el repelente ya mencionado.
¡Esto es vida!

Guiados por el Gran Melardo, gran conocedor de todos los rincones de la selva, y el mejor guía de Pacaya Samiria, hemos recorrido con todo lujo (el viaje era para nosotros solos: Mónica (la amiga de ambientales de Pedro que está viviendo en Iquitos), Pedro y Celia!!) la cuenca del río Yanayacu, afluente del Marañón, y éste afluente del Amazonas (en resumen, ibamos por un reafluente).

Melardo nos enseñó a distinguir el mono aullador del mono pichico, a diferenciar una garza de un tucán (!), las diferencias entre el ficus andador y el ficus estrangulador (en la selva hay nada menos que 120 ficus distintos), y el vuelo del cacique del de Victor Díaz, que aunque os penseis que es vuestro vecino de abajo es un bonito pajarillo. (Para aclarar el saludo inicial, que no ha querido ser despectivo en ningún momento, los vacamuchachos y mamaviejas también son bonitas aves que surcan por estos lares).

Bien ataviados con el Coronel Tapioca como patrocinador nos disponemos para la gran aventura

También hemos aprendido los sonidos de la selva: a bufar como un delfín, a gritar como un mono, el gutural sonido del caimán; y sobretodo, también hemos aprendido a mantener el silencio para intentar ver todos estos animales.

Hemos hecho muchas cosas, el primer día viajamos desde Iquitos hasta la Reserva, desde el peque peque pudimos ver la vegetación que hay en las orillas y muchísimas aves: guacamayos, garza gris, tucanes, mamaviejas, caciques, Victor Díaz, martines pescadores, oropéndolas, gavilanes, aguiluchos...

Al día siguiente, seguimos subiendo por el río y vimos un montón de monos en los gigantescos árboles de las orillas: pichicos, frailes, huapos, monos aulladores, coto mono... Entre las aguas del Yanayacu ibamos entre delfines grisáceos y rosados, toda una experiencia digna de ser vivida por el mismísimo Felix Rodríguez de la Fuente... Nosotros nos quedábamos alucinados cuando les veíamos aparecer, era fascinante.
¡oooooooo, qué romántico!

También tuvimos nuestro primer contacto con la selva en un pequeño paseo en el que fuimos presa de los miles de mosquitos que nos iban persiguiendo. Allí fue cuando empezamos a dudar sí ibamos a salir sanos y salvos de esta aventura. El calor nos hacía sudar como luchadores de sumo y fue cuando nos dimos cuenta de que la vida en la selva no es nada fácil.

El verdor de la selva no dejó de sorprendernos...

... y el tamaño de los árboles tampoco!

Cuando ya estaba anocheciendo, el Yanayacu nos esperaba esta vez con tintes misteriosos. Por la noche Merardo nos tenía preparada otra gran sorpresa, la llamamos: La aventura del Caimán.

El anochecer del río Yanayacu

Ibamos en la búsqueda del caimán. Muy en silencio y cambiando el repelente por la linterna nos fuimos metiendo por todos los recovecos del bosque inundable buscando los ojos del caimán: dos lucecitas anaranjadas le deletarían en la noche haciendo que su camuflaje natural fuese un vano disfraz.

Merardo consiguió que vieramos varios caimanes, y de postre, en un movimiento invisible le vimos que había capturado uno!!! Cuando lo vimos nos tranquilizamos porque solo era una cría de menos de un año. Mirar que contento estaba Pedro con su amigo:

Pedro contento con el lagarto Juancho

Al día siguiente bajamos por el río con el motor apagado para escuchar a todos los animales de la selva. Al llegar al refugio de Yarina comenzamos otra pequeña excursión, esta vez Merardo nos mostró cómo se suben las personas a unas palmeras llamadas "aguajes" a recoger todos los frutos. Una vez más, el intrépido Pedrito, haciendo gala de sus dotes escaladoras y con gran empeño trepó por la palmera para experimentar la sensación del aguajero.

Al atardecer, otra nueva aventura nos esperaba. Esta vez fuimos a ver el mágico bosque inundable en canoa. Nunca habíamos visto algo similar, cantidad de árboles se encontraban en medio del misterioso río, hemos hecho fotos pero son incapaces de captar la grandiosidad y la magia que vivimos en aquel momento.

Esta foto no es del bosque inundable, pero como es tan bonita la ponemos

Al día siguiente empezamos nuestras proezas con un largo paseo por la selva. Ahí conocimos las cosas buenas y no tan buenas que esconde la jungla. Vimos insectos del tamaño de nuestra cabeza, árboles del tamaño de rascacielos de Manhattan, hormigas (isula) más grandes que nuestras narices, incluso más grandes que las de Mortaledo y Rosendo juntas; y en medio de todo esto, estábamos los tres gringos despistados con el gran Tarzán Merardo. También fuimos víctimas del ataque de alguna que otra avispa, de miles de zancudos y del calor intenso y sofocante que nos hacía sudar a chorrazos desde la cabeza hasta la punta del dedo gordo del pie derecho.

Aún así disfrutamos cantidubi; si no mirad como nos lo pasábamos colgando de la liana en un columpio gigante

Y también nos lo pasamos como chivolitos haciendo de Indiana Jones colgando de las lianas


Impresionante monumento de la Selva

De vuelta del duro paseo, Merardo nos dejó volver al bosque inundable; como dirían acá, eramos sus engreidos (niños mimados) y todo lo que le pedíamos se hacía realidad. Allí la sorpresa que nos tenía preparada era un pájaro carpintero que estaba picoteando el tronco de un árbol, y lo vimos más cerca que al pájaro loco en la televisión porque con la canoa ibamos más sigilosos que Charlot en el Gran Dictador!

Luego y animados por Mónica (osada donde las haya) nos dimos un reconfortante baño en el Yanayacu.

Por la tarde hicimos una visita a la comunidad de Yarina, la más cercana a nuestra casa selvática. Allí compramos alguna artesanía y Pedro aprovechó para jugar un partidillo de futbol con los yarineses ¡cómo echa de menos al Atlético Camarón!

En la comunidad de Yarina con Merardo y Mónica

Y aquí ya nos despedimos de todos vosotros, esperando que también vosotros hayais disfrutado de esta aventurilla!

sábado, 16 de enero de 2010

¡Ya estamos en Iquitos!

Hola amigos y amigas del corazón corazón!

Os traemos breves noticias. ¡Ya estamos en la Selva! Estamos en casa de Mónica (es la de la foto), preciosa, un palacio de casa!
Hemos viajado de Cuzco a Lima (nada menos que 22 horas de viaje...) y en Lima estuvimos charlando con Jaime, y también aprovechamos para recoger las cartas, el jamón y el queso que nos habían mandado nuestros padres, y está todo rebueno!

Ayer vinimos hasta Iquitos en avión (solo hay comunicación por avión o por río, pero no por carretera), y al bajarnos del avión... menudo soponcio de calor! aquí no hacemos más que sudar!. Ya recuperados fuimos a comprar al mercado, una pena no habernos llevado la cámara porque es digno de enseñároslo: había un montón de frutas y animales raros, había mucha gente...

Y hoy hemos ido a Puerto Bellavista y a un pueblecito que se llama Padre Cocha, al que hemos llegado en "peque", unos barquitos que son los que se utilizan para moverse por los ríos.

Mañana nos vamos a visitar la Reserva de Pacaya Samiria, estamos ansiosos y acojonadillos a la vez (¿cuántos mosquitos nos picarán cada minuto?, ¿veremos delfínes de río?...). El gran río Amazonas nos espera.

El jueves os contaremos nuestra aventura en la selva.

¡Muchos besos!

lunes, 11 de enero de 2010

Desde Cuzco con amor

Hola chicos!

Os ponemos un resumen de los días que hemos pasado en Cuzco y que han estado rebien, porque hemos estado muy pero que muy bien acompañados por Ruth, Javi, Mónica y más amigos de Mónica que son jóvenes cooperantes en Perú. Aquí nos hemos "jartao" y hemos visitado multitud de restos arqueológicos o ruinas. Cerca de la ciudad de Cuzco está el valle del río Urubamba, alrededor del cual hay muchos restos arqueológicos incas y a todo este conjunto de ruinas se les llama El Valle Sagrado. Muy cerquita de Cuzco y después de haber subido una cuesta infernal y cansadérrima que todo el mundo subía como si nada y nosotros ibamos echando el bofe... (lo bueno que tiene esto es que todo se le puede achacar a la altitud!, Cuzco está a 3.300 m.), visitamos: Sacsayhuaman, Kenko, Tambomachay y Pucapucara.

Restos arqueológicos de Sacsayhuaman

Nos impresionó mucho porque está formada por unas piedras gigantescas y de forma muy regular. Lo que más nos llamó la atención es que jugaban a tirarse las piedras los unos a los otros ¡eso ni javi, y mira que es vasco!


Restos de los baños de Tambomachay

El agua era un elemento muy importante para los incas, le rendían culto y también tenían muchas ceremonias con aguas. Tenían fuentes y canales que nos recordaban un poco a las infraestructuras romanas y a las fuentes árabes. Para nosotros el agua en Perú también está resultando muy importante, aquí no es potable y nos estamos dejando un dineral en botellas!!

Como llegaba la Nochevieja y nos encontrabamos sin nuestras familias hicimos de tripas corazón e intentamos pasarlo lo mejor posible! ya os hemos puesto el video tomando las uvas, y después seguimos de juerga! Este fue el resultado:

Españoles pasando la Nochevieja en la Casa Campesina

También aprovechamos el 1 de Enero para pasear por Cuzco, ver el museo de arte Precolombino y para estar con los amigos. ¡Mirad que buen día nos hizo!

Plaza de Armas de Cuzco

¡Y por la noche seguimos paseando y conociendo todos los rincones de esta bonita ciudad!


Estas piedracas son las que queremos para nuestra casa

Los siguientes días seguimos haciendo uso del boleto turístico (luchado a muerte por Ruth y Javi para que les hiciesen un buen descuento por ser voluntarios, ole ole y ole!) y visitamos las ruinas de Ollantaytambo y Pisac. Además de las ruinas, los dos pueblos son muy bonitos y en Pisac aprovechamos el mercado para arrasar comprando regalos para vosotros!.


Ollantaytambo

Pisac

Como ya se nos terminaban los días de estar en Cuzco con los amigos, aprovechamos a visitar más la ciudad de Cuzco, y también descansamos tomando unos Pisco Sour, la bebida del Perú!

Con Mónica, en el claustro del Coricancha
Trío de modelos de cachondeo

¡Muchos besos desde la ciudad más bonita del imperio inca!

"Machupichu, 2010, odisea en Perú"


¡Bienvenidos al Camino Inca!

Nuestro regalo de Reyes ha sido este fantástico viaje por el apasionante mundo de los incas. Han sido cuatro días caminando entre montañas, ruinas y restos arqueológicos, bosques subtropicales, puna húmeda, tiendas de campaña, porteadores y turistas.
En resumen, el viaje ha estado rechévere.

Todo comenzó un 6 de enero a las 6 de la mañana. En la Plaza de Armas de Cuzco nos esperaba un minibus con otros 11 gringos dispuestos a darlo todo en los próximos días. El minibus nos acercó al km 82 de la carretera que más se acercaba a Machu Pichu, ahí comenzaba la verdadera aventura. Ataviados con bastones y ponchos para la lluvia nos disponíamos a recorrer el camino que siglos atrás realizaban los más fieles seguidores de las creencias religiosas incas (y sus sirvientes).

El chasco lo descubrimos cuando después de tres días de viaje el guía Pacha nos dijo: "aquí es dónde realmente se comenzaba el camino inca" (¡asi q
ue creímos que todo lo demás era una farsa para sacarnos la plata a los crédulos turistas!). Bueno, en realidad es que parte del camino se ha perdido y que sólo el tercer día se comienza a andar sobre el camino inca que se ha conservado hasta hoy.

Nosotros, pese a saber la verdad, hicimos el Camino como si fuese el real y el mejor posible, como verdaderos incas hacia su ciudad sagrada.

Al igual que los incas ricos, nosotros fuimos acompañados durante todo el camino de los más fuertes y sacrificados porteadores.
Ellos hicieron de nuestro viaje una delicia, nos recordaba a Memorias de África cuando los europeos iban de safari y unos porteadores atendían a Meryl Streep como a Pedro en el río Vilcanota. Los porteadores transportaban las tiendas de campaña, la comida, los cacharros: platos, ollas, cubiertos, etc.; las carpas dónde comíamos, las sillas y mesas plegables...; encima, de llevar muchísimo más peso que nosotros, andaban mucho más rápido y cuando llegabamos nosotros nos aplaudían, nos recibían con un vaso de limonada, con las tiendas montadas (nos montaban un iglú para dos personas!, full lujo), y además comíamos en unas carpas con mesas y sillas plegables una recontra rica comida recién preparada por el cocinero Mateo (el jefe de los porteadores) y sus ayudantes.
Asi que durante todo el viaje nos sentimos como los Reyes de España o como unos Reyes Incas.

El primer día fue bello y los primeros kilometros fueron fáciles. Tuvimos una hermosa vista del nevado la Veronica y caminamos cerca del río Vilcanota hasta que llegamos al complejo arqueológico de Llactapata. Luego continuamos hasta Wayllabamba donde pasamos la noche después de una reparadora cena.

En el 2º día, tomando un descanso, tras la dura ascensión al punto más alto (4215 m.)

El segundo día fue el más difícil de la caminata pero no imposible para el grupo, porque pasamos por el punto más alto del Camino Inca, a 4.200 m.s.n.m. Cuando llegamos tuvimos una enorme satisfacción por haber llegado sanos y salvos, aunque desfondados (aquí es el vergonzoso momento de decir que llevábamos un porteador extra que nos llevó el macuto durante toda la caminata, lo que nos hizo bastante más fácil la excursión). Luego descendimos hasta el campamento de Pacaymayo.

Nuestros compañeros incas en la expedición "Machupichu, 2010, odisea en Perú"

El tercer día fue el más larg
o pero el más bonito. Pasamos por bastantes complejos arqueológicos: Runkarakay, Sayacmarca, Puyupatamarca y Wiñay Huayna. Además los paisajes eran preciosos y pasamos de la sierra a la ceja de Selva y así conocimos un nuevo ecosistema de Perú que no conocíamos: la selva tropical alta (esta era aún más alta que la de Villa Rica).

Los expedicionarios, contentos con su descubrimiento de las ruinas de Sayacmarca en mitad de la selva


Pedro en la misteriosa Puyupatamarca

El último y más ansiado día era el que finalizaba con nuestra dura expedición en nuestro objetivo final: El Santuario Histórico de Machupichu. El día comenzó a las 3.30 h de la mañana, con pinzas en los ojos nos disponíamos a apreciar la salida del sol en Machupichu. Después de una hora de caminata pasamos por el Inti Punku o Puerta del sol, conocida también como la puerta de ingreso al Machupicchu. Allí apreciamos la vista panoramica más impresionante de toda la ciudadela.

Recontra contentos tras haber alcanzado nuestro sueño


El descenso hasta la ciudadela no era tan fácil como parecía...; detrás de cada curva nos acechaban multitud de peligros. Detrás de una de ellas, una amenazante llama hizo despertar el espíritu aventurero que llevamos dentro... Pedro, dispuesto a captar semejante instantánea se abalanzó sobre el precipicio y a punto estuvo de caer al abismo. Celia, mientras tanto, posaba encantada con la llama para el Calendario "Camioneros incas, 2011". A costa de unos moratones, Pedro retrató lo siguiente:

El mes de enero del Calendario "Camioneros incas, 2011"

Cuando conseguimos llegar a la ciudadela visitamos las plazas, Fuentes Sagradas, Templos, y los sectores agrícola y urbano.


El cansancio consiguió hacer mella por primera vez en Pedro (en Celia ya llevaba haciendo mella tiempo atrás), y tras dos horas de visita guiada, nos desplomamos sobre la blanda hierba de los incas para descansar y poder disfrutar después de la verdadera Ciudadela.
Tras la siesta nos levantamos así de contentos:

Pedro entre las paredes de Machupichu


El descanso no fue suficiente para que Celia recuperase las fuerzas; y aunque esta foto parezca el mes de febrero del Calendario "Camioneros incas, 2011", es solo purito agotamiento.


Tras estos cuatro días tan buenos, la aventura ha acabado. Pero los siguientes destinos nos tienen expectantes y ávidos de nuevas experiencias. Os seguiremos contando en: Vicuñas, Celis y Pericos.

miércoles, 6 de enero de 2010

¡Nos dieron las uvas!

Chicos, esta es una sorpresa que teníamos para vosotros, pero que aún no habíamos tenido tiempo para colgarla en el blog.

Os echamos mucho de menos en Nochevieja, menos mal que estuvimos acompañados de Manuel Bandera y Anne Igartiburu!

Lo que se ve por detrás del video es la Casa Campesina, el sitio donde estamos en Cuzco. Es muy bonita, nos la recomendaron los padres de Pedro y está siendo muy agradable nuestra estancia aquí.

¡Muchísimos besos a todos y os dejamos con las Campanadas españolas!


Especial Reyes: Isabelita y Zorri | Ya se ha muerto mi abuelo

De nuevo, y como regalo especial de Reyes, los ínclitos y prestigiosos Isabelita y Zorri nos deleitan con uno de los éxitos del momento en el Perú, 'Ya se ha muerto mi abuelo' [¡¡ay ay ay!!]

Desde su productora os transmitimos los más calurosos saludos en este frió invierno español y os dejamos con su nuevo éxito:

lunes, 4 de enero de 2010

Ayacucho city

Hola a todos!!!

Ya estamos en pleno viaje de turisteo y Perú está resultando precioso, nos está encantando.
El día 26 tras nuestro encuentro en Huancayo con Ruth y Javi partimos hacia Ayacucho, y, por fin, tras 20 horas de autocar llegamos a nuestro destino.

El largo viaje mereció la pena, Ayacucho, con sus 33 iglesias nos esperaba con los brazos abiertos.

El primer día visitamos las ruinas de Wari y el pueblo de Quinua; y el segundo lo dedicamos a ver la ciudad de Ayacucho.



Los increibles en las ruinas Wari

En la bonita plaza de Armas de Ayacucho
Ahoritita mismito estamos ya en Cuzco, llevamos aquí desde el día 30 de diciembre. Nos hemos juntado con Mónica y sus amigos para pasar la Nochevieja y lo hemos pasado muy bien.
Nos hemos sacado un boleto turístico que te permite entrar a muchísimas ruinas incas. Son todas preciosas, pero para verlas tendreis que esperar a la próxima entrega de Vicuñas, Celis y Pericos. Queríamos escribirlas hoy pero se nos ha estropeado el aparatejo que conectamos en el ordenador para descargar las fotos.
Bueno vicuñeros, esperamos que hayais entrado todos con muy bien pie en el año 2010!!
¡Muchísimos besos!